Examen de tórax
La caja torácica está formada por 12 pares de costillas que articulan
por detrás con las vértebras. Por delante, las siete primeras articulan por
delante con el esternón; las costillas 8, 9 y 10 se van uniendo entre ellas y
forman el reborde costal; las 11 y 12 son flotantes.
Forma del tórax: normalmente el diámetro anteroposterior es
menor que el transversal y la columna vertebral presenta la curvatura normal,
sin desviaciones a los lados. Algunas alteraciones que se pueden encontrar,
son:
Tórax en tonel: se caracteriza
porque el diámetro anteroposterior ha aumentado haciéndose prácticamente igual
que el transversal. Se observa en pacientes enfisematosos.

Escoliosis: es la desviación de la
columna vertebral hacia los lados.
Cifoscoliosis: es la combinación de los
anteriores.
Pectus carinatum: cuando el
esternón presenta una prominencia como quilla de barco.

pectus escavatum: cuando el
esternón se presenta hundido

Examen
de la respiración y los pulmones.
Inspección.
Es importante fijarse en la
forma cómo el paciente respira:
·
Si se aprecia respirando tranquilo
o se nota afligido, como si le faltara el aire (disnea)
·
La frecuencia respiratoria (ej:
pacientes febriles pueden presentar taquipnea)
·
La expansión torácica (ej.: si es
una respiración de amplitud normal, aumentada o superficial)
·
La ritmicidad (ej.: lo normal es
que sea regular, pero podría ocurrir que un paciente presente variaciones con
se ve en la respiración de Cheyne-Stokes)
·
La relación entre la inspiración y
la espiración (ej: pacientes con obstrucción bronquial presentan una espiración
prolongada)
·
Si presenta cianosis (ej: en los
labios, la lengua, las mucosas, los lechos ungueales, etc.)
·
Tiraje: se presenta en pacientes con una obstrucción de
la vía aérea alta (ej.: estrechez a nivel de las cuerdas vocales). Por la
dificultad que existe para que el aire entre al tórax, es necesario hacer más
fuerza con lo que se genera una presión intratorácica negativa mayor y se
observa una retracción a nivel de los espacios supraesternales, intercostales y
regiones subcostales.
aleteo nasal: es una apertura mayor de las alas
de la nariz con cada inspiración; es un signo de insuficiencia respiratoria que
se observa con más frecuencia en niños pequeños.

Percusión.
La percusión de los pulmones se efectúa principalmente con el método
indirecto, o sea, usando el dedo medio de una mano como plexímetro y el dedo
índice o medio de la otra mano como percutor (para revisar cómo hacerlo vea el
capítulo sobre Técnicas de Exploración). El método directo, o sea, percutiendo
con los dedos directamente sobre el tórax, ocasionalmente se usa (por ejemplo,
en pacientes con tórax hiperinsuflados).
Se recomienda percutir desde las zonas de mayor sonoridad hacia
aquellas con sonido mate. Por ejemplo, si desea delimitar las bases de los
pulmones, conviene percutir desde el área ventiladas de los pulmones en
dirección al abdomen. Cuando el ruido cambia de sonoro a mate, se estaría
pasando de un tejido que contiene aire a otro que no lo contiene. Normalmente,
la base derecha es más alta que la izquierda (por la ubicación del hígado).
El desplazamiento del diafragma se evalúa percutiendo las bases
pulmonares mientras el paciente respira normal, y luego, repitiendo la maniobra
después de haberle solicitado que respire profundo. Lo habitual es un
desplazamiento de 4 a 6 cm.
Cuando existe una condensación pulmonar o un derrame pleural se
escucha un sonido mate en la zona comprometida.
Si al percutir la base pulmonar de un lado se encuentra una matidez
(estando el paciente sentado o de pié), puede ocurrir:
Si se trata de un derrame pleural: la matidez
tiende a ascender hacia el costado, formando lo que se ha llamado la curva de
Damoiseau. Además, muchas veces tiene un carácter más duro por lo que se ha
llamado matidez hídrica (es una característica difícil de constatar). Una
maniobra que puede ayudar a ratificar que se trata de un derrame pleural es
poner al paciente sobre un costado y volver a percutir: se debería desplazar el
líquido hacia el mediastino y, debido a esto, áreas que antes se percutían
mate, ahora se percuten sonoras (esto es válido siempre que el derrame no esté
tabicado).
Si se trata de una condensación pulmonar del
lóbulo inferior (ej.: neumonía o atelectasia extensa): se encuentra una matidez
que no describe la curva de Damoiseau.
Si se trata de un ascenso del diafragma (porque
una masa intraabdominal lo empuja hacia arriba o porque está paralizado):
también se encuentra una matidez, pero no va a ser posible constatar el
desplazamiento del diafragma con la respiración.
Si se trata de un pneumotórax: la percusión será
sonora, e incluso, en la medida que el aire en el espacio pleural esté a
tensión, puede encontrarse hipersonoridad o timpanismo.
Si se trata de un pulmón con más cantidad de
aire, como ocurre en pacientes enfisematosos o cursando una crisis asmática: se
encuentra un ruido sonoro a la percusión. Además las bases pulmonares tienden a
estar descendidas.

Palpación.
Al poner la mano sobre el tórax mientras el paciente habla, se siente
un discreto cosquilleo en la mano. Esto se debe a vibraciones que se general al
interior del tórax. Para hacer más nítida esta sensación, habitualmente se le
pide al paciente que diga algunas palabras, como treinta y tres, tinguiririca,
etc. La mano se aplica especialmente sobre las zonas más cercanas a los
pulmones (espalda, costados, cara anterior) y se apoya abierta en toda su
extensión o se “ahueca” (como formando una concha acústica), apoyando el borde
externo o cubital. Es de mucha utilidad comparar las vibraciones vocales,
que es el término que habitualmente se usa, de uno y otro lado.
La facilidad con que se palpen estas vibraciones vocales va a depender
de varios aspectos:
·
El tono de la voz
·
La fuerza con que la persona habla
·
La zona que se palpa (por ejemplo,
cerca de la tráquea se siente más nítido)
·
El grosor de la pared torácica (que
depende fundamentalmente de la grasa subcutánea)
·
La integridad del tejido pulmonar
(por ejemplo, en los enfisemas, el parénquima pulmonar está diminuido, existe
más aire “atrapado”, y las vibraciones se sienten más débiles) elementos que se
interponen entre los grandes bronquios y la pared del tórax (por ejemplo, en
condensaciones, como ocurre con las neumonías, se transmiten mejor las
vibraciones vocales; en cambio, cuando existe líquido, como ocurre en los
derrames pleurales, o cuando se interpone aire, como ocurre en los pneumotórax,
las vibraciones vocales se palpan menos o simplemente, no se palpan.
Ocasionalmente, en algunos pacientes sometidos a procedimientos (ej.:
instalación de un tubo pleural), filtra aire al tejido subcutáneo y al palpar
la pared se palpan unas crepitaciones. Esto se llama enfisema
subcutáneo (tenga presente que no tiene relación con el
llamado enfisema pulmonar, que es un daño de los pulmones; y respeco a las
“crepitaciones” que se palpan, no tienen relación con unos ruidos pulmonares
que llevan el mismo nombre y que se describen más adelante).
En el caso de los derrames pleurales: se encuentra matidez a la
percusión (eventualmente con curva de Damoiseau) con disminución de las
vibraciones vocales a la palpación.
En el caso de condensaciones pulmonares: se encuentra matidez en la
percusión con aumento de la transmisión de las vibraciones vocales en la
palpación.
En el caso de una atelectasia: se comporta parecido a un derrame
pleural (pero no se da una curva de Damoiseau)
En el caso de un hemidiafragma ascendido: matidez de la base, falta de
desplazamiento con la respiración, ausencia de transmisión de vibraciones
vocales en esa zona.

Auscultación.
Consiste en escuchar los ruidos que se generan en los pulmones bajo
las siguientes condiciones:
·
Con la respiración
·
Al emitir palabras
Los ruidos pulmonares se originan debido al paso de aire por las vías
aéreas en la medida que se generen flujos turbulentos, como ocurre en la
laringe y en la bifurcación de bronquios grandes y medianos. A medida que los
bronquios se dividen, el área de sección va aumentando, y como consecuencia, la
velocidad del flujo disminuye. Cerca de los alvéolos el flujo es laminar y no
genera ruidos.
De acuerdo a diferentes estudios, los ruidos que se auscultan en la
superficie de la pared torácica se generan en los bronquios mayores,
principalmente lobares y segmentarios. Los ruidos que llegan a la periferia son
de baja frecuencia, ya que el pulmón sirve de filtro para los sonidos de alta
frecuencia.
Al auscultar los pulmones se deben cubrir todos los sectores, sin olvidar
de auscultar debajo de las axilas. Tal como debe ocurrir con la palpación y la
percusión, con la auscultación también se deben comparar los hallazgos de un
lado con los del otro lado.
Habitualmente se ausculta con la membrana del estetoscopio y se le
solicita al paciente que respire por la boca y más profundo. Esto permite
escuchar los ruidos en forma más nítida. En todo caso, es necesario saber
adaptarse a ciertas condiciones que presentan algunos enfermos: pacientes con
sus facultades mentales comprometidas que no colaboran, el caso de los niños
pequeños, personas que generan ruidos a nivel de la garganta cuando respiran,
etc.

Ruidos
respiratorios normales.
Ruido traqueal: es el sonido normal que se genera a nivel de la tráquea. Se ausculta durante toda la inspiración y la espiración. Se escucha al aplicar el estetoscopio sobre la tráquea en el cuello.
Ruido traqueobronquial: es parecido al ruido traqueal, pero menos intenso. Se ausculta por delante, a nivel del primer y segundo espacio intercostal y, por detrás, en la región interescapular.
Murmullo pulmonar: es un ruido de baja frecuencia e intensidad, y corresponde al sonido que logra llegar a la pared torácica, generado en los bronquios mayores, después del filtro que ejerce el pulmón. Se ausculta durante toda la inspiración y la primera mitad de la espiración sobre gran parte de la proyección de los pulmones en la superficie torácica.
Transmisión de la voz: corresponde a lo que se ausculta en la superficie del tórax de palabras que pronuncia el paciente (p.ej.: treinta y tres). Por el efecto de filtro de las altas frecuencias que ejerce el parénquima pulmonar, normalmente no se logran distinguir las diferentes vocales.
Ruidos agregados o adventicios.
Ruido traqueal: es el sonido normal que se genera a nivel de la tráquea. Se ausculta durante toda la inspiración y la espiración. Se escucha al aplicar el estetoscopio sobre la tráquea en el cuello.
Ruido traqueobronquial: es parecido al ruido traqueal, pero menos intenso. Se ausculta por delante, a nivel del primer y segundo espacio intercostal y, por detrás, en la región interescapular.
Murmullo pulmonar: es un ruido de baja frecuencia e intensidad, y corresponde al sonido que logra llegar a la pared torácica, generado en los bronquios mayores, después del filtro que ejerce el pulmón. Se ausculta durante toda la inspiración y la primera mitad de la espiración sobre gran parte de la proyección de los pulmones en la superficie torácica.
Transmisión de la voz: corresponde a lo que se ausculta en la superficie del tórax de palabras que pronuncia el paciente (p.ej.: treinta y tres). Por el efecto de filtro de las altas frecuencias que ejerce el parénquima pulmonar, normalmente no se logran distinguir las diferentes vocales.
Ruidos agregados o adventicios.
Crepitaciones: son ruidos discontinuos, cortos, numerosos,
de poca intensidad, que ocurren generalmente durante la inspiración y que son
similares al ruido que se produce al frotar el pelo entre los dedos cerca de una
oreja. Tienen relación con la apertura, durante la inspiración, de pequeñas
vías aéreas que estaban colapsadas. Con frecuencia, se escuchan hacia el final
de la inspiración, que es el momento de máxima expansión torácica y de mayor
presión negativa intrapleural. Esto ocurre, por ejemplo, al comienzo de muchas
neumonías. También se pueden escuchar en condiciones normales en personas que
ventilan poco las bases pulmonares; por ejemplo, en ancianos que están tendidos
y respiran en forma superficial, sin suspiros.
Frotes pleurales: son ruidos discontinuos,
que se producen por el frote de las superficies pleurales inflamadas, cubiertas
de exudado. El sonido sería parecido al roce de dos cueros. Si se desarrolla
derrame pleural, este ruido no es posible por la separación de las pleuras.
Sibilancias: son ruidos continuos, de alta frecuencia,
como silbidos, generalmente múltiples. Se producen cuando existe obstrucción de
las vías aéreas. Son frecuentes de escuchar en pacientes asmáticos
descompensados. Son más frecuentes cuando los enfermos están acostados. Los
mismos pacientes muchas veces los escuchan. Los roncus se producen en
situaciones similares, pero son de baja frecuencia y suenan como ronquidos;
frecuentemente reflejan la presencia de secreciones en los bronquios. Pueden
generar vibraciones palpables en la pared torácica (frémitos).
Cornaje o estridor: es un ruido de alta frecuencia que se debe
a una obstrucción de la vía aérea superior, a nivel de la laringe o la tráquea,
y que se escucha desde la distancia. Se ha comparado con el ruido de un cuerno
dentro del cual se sopla.
Estertor traqueal: ruido húmedo que se escucha a distancia en
pacientes con secreciones en la vía respiratoria alta; frecuente de encontrar
en personas comprometidas de conciencia.
Respiración ruidosa: es la
condición en la cual la respiración, que en condiciones normales es silenciosa,
se vuelve ruidosa y se escucha desde alguna distancia. Este tipo de respiración
es frecuente de encontrar en pacientes con obstrucción bronquial.