Examen de las extremidades
Las
enfermedades de las extremidades pueden ser peculiares de una de ellas, o
solamente expresión de enfermedad general. Su multiplicidad hace que el examen
tenga gran importancia. Resulta fácil y rápido de llevar a cabo.
Dolor Articular Óseo y Muscular
Debido a la frecuencia de
diversas formas de artritis, el dolor articular es una molestia común. El dolor
articular se intensifica con el movimiento pasivo o activo. Puede haber o no
edema y deformidad de la articulación. El dolor óseo es el síntoma más
común de enfermedad ósea; suele ser más grave de noche y puede irradiarse a la
articulación más cercana. El dolor muscular puede diferenciarse del dolor
articular, óseo y neurítico produciendo hipersensibilidad por compresión
del musculo entre el pulgar y el índice del examinador.
Extremidad Superior
Posición
El paciente debe estar
sentado completamente descubiertos hombros y brazos, estos últimos algo
pendientes.
Inspección
Compárese los brazos en busca
de asimetría, deformidades, atrofia o hinchazón.
Obsérvese el color de la
piel; indáguese en ambas superficies la presencia de manchas de cualquier tipo
y vigílese el estado de la unas. Durante esta parte del examen hay que contar
los dedos para que no pase inadvertida la ausencia de uno, una sindactilia o
polidactilia congénitas.
Indíquele al paciente que
extienda los dedos y que, con manos abiertas y dedos extendidos, mantenga la
extremidad horizontal para poder descubrir el temblor. Un temblor muy fino
suele ser manifiesto si se coloca una hojita de papel encima de la mano
extendida.
Compárese el color y la
prominencia de las venas de manos y brazos cuando estos están pendientes y
cundo estos están elevados.
Palpación
Obsérvese los pulsos radial, cubital, humeral y axilar. Las arterias
radial y cubital pueden palparse inmediatamente por dentro de las apófisis
estiloides radia y cubital respectivamente en la superficie ventral de la
muñeca.
La prueba de la compresión es excelente para
comprobar la permeabilidad y el flujo de sangre por estos vasos. Indíquese al
paciente que cierre firmemente el puno para vaciar la sangre de los tejidos
superficiales. Al abrir la mano con el brazo ligeramente elevado el color
rozado normal vuelve a aparecer en unos pocos segundos. Es recomendable repetir
este proceso. La rapidez con la cual se restablece el color normal de la mano
es indicio excelente de la circulación por la arteria cubital. Se repite la maniobra
ocluyendo la cubital para comprobar el curso de sangre por la arteria radial.
-La arteria humeral se percibe en la parte interna del tercio medio del
brazo y en la parte media de espacio antecubital.
-La arteria axilar se percibe sobre todo en el vértice de la axila estando el brazo en abducción de 90 grados con la escapula.
-La arteria axilar se percibe sobre todo en el vértice de la axila estando el brazo en abducción de 90 grados con la escapula.
Pálpese las palmas de la
manos y obsérvese su temperatura y humedad. Indíquese ahora al paciente que
mueva su brazo para desplazar las articulaciones de muñeca, codo y hombro.
Realizar los reflejos de
tríceps, el bíceps y el radial.
Cabe excluir cualquier
trastorno importante de las extremidades superiores si el paciente no se queja
de estas ni se observan anomalías de las mismas durante el examen que acabamos
de señalar.
Extremidad Inferior
Posición
Las piernas de examinarse en
ambas posiciones, de pie y acostado.
Inspección
Obsérvese primero la piel;
vigílese su color e investíguese la presencia de ulceras o pigmentación.
Sepárense los dedos de los pies para observar los espacios interdigitales
en busca de epidermofitosis.
Tiene gran importancia el
color de la piel estando el pie elevado, horizontal y en declive; la palidez de
la piel en posición elevada y la sufusión con sangre cuando esta pendiente
constituye una de las primeras manifestaciones de arterioesclerosis periférica.
Examínese el paciente estando de pie en busca de dilataciones varicosas.
El edema se descubre por la
cavidad que queda después de comprimir fuertemente con la punta del dedo el
tejido contra la cara interna de la tibia inmediatamente por encima del tobillo.
Palpación
Compárese las temperaturas de
la piel del pie, parte baja de la pierna y muslo. Búsquese la pulsación de la
arteria femoral, poplítea, tibia posterior y pedia. El paciente tiene que estar
en decúbito.
-La arteria femoral se palpa
a mitad de camino entre espina iliaca anterosuperior y la sínfisis del pubis
inmediatamente por debajo del ligamento inguinal.
-La
arteria poplítea se palpa en el espacio poplíteo, profundamente entre los
tendones, algo desplazada hacia afuera; el paciente estará en decúbito prono
con la rodilla en flexión de 90 grados.
-La arteria tibial posterior se
palpa a mitad de camino entre el tendón de Aquiles y el maléolo interno.
-La arteria pedia se percibe
a mitad de camino entre el tobillo y la base de los dedos. Se halla
inmediatamente por fuera del tendón del extensor del deo gordo, que se
identifica cuando el paciente hace flexión dorsal de este.
Indíquese al paciente que
mueva la extremidad en todos los sentidos.
Obsérvese los reflejos
plantar, rotuliano y del tendón de Aquiles.
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